Gracias por haber pensado en tu felicidad...
y haberte cargado la mia.
El único veneno que hubo no fuistes tu,
fueron, en esencia, tus actos.
Y estos, por muy lejos que me quede,
por mucho tiempo que pase,
y por mucha espalda que les hayas dado,
fueron los que fueron,
y dejaron lo que dejaron.
Si, gracias por ser feliz,
mientras yo rompo todas las noches en llanto.
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