sábado, 13 de diciembre de 2014

Para no volver a abrirlos sin ti.

Estoy harta de soñar (te)...con tanto placer. De cerrar los ojos sin saber que te voy a encontrar y tener que improvisar. No importa, sigo encontrando(te). Encontrando la manera de seguir besando(te). Podrias huir al rincón más oscuro del mundo y siempre te encontraria otra vez, y otra vez, y otra vez. Nunca termina, nunca terminó. Sigues escondiendote en las calles para mirarme y sigo cayendo en tus brazos de nuevo. Da igual cuantas voces te digan que lo ignores y cuantos reproches me tengas guardados. No me importa. No puecdes y lo haces y yo quiero y lo hago y lo sigo y te sigo y nos seguimos y todo sigue por las noches cuando mis párpados caen y mi mente no hace esfuerzos por olvidarte y se acoje a ti, a tu olor, a tu tacto, a tus sonrisas y tu timidez de nuevo. Se acoje y no te suelta, son los párpados cuando ya no pueden con su fuerza los que me despegan de ti y me duele. Me duele cuando me levanto y te has vuelto a esfumar. Y no estas, Y te desvanecistes. Te desvaneces cada vez que te encuento, cada vez que consigo volverte a encontrar. No importa. Se que correré, correré mucho para alcanzarte otra vez y lo conseguiré y volveré a cerrar los párpados y habré buscado en toda esa oscuridad que rodea a mi mente nocturna y encontraré de nuevo un pedazo de mi memoria no borrado para reproducir (te).
Voy a reproducir(te) toda mi vida, para no perder(te) de nuevo jamás.

Y me levantré con dolor y pondré pesos en mis párpados para no volver abrirlos sin ti.

martes, 25 de noviembre de 2014

Nunca seré con nadie..si no es contigo.

Las cosas buenas, las de verdad, las reales ; pasan una vez en la vida. Tu pasastes una vez en la vida. Mi momento ya pasó. Mi sentir , mis ganas, mi razón de dar, de existir...ya pasó. Se fue contigo. Se fue cuando me soltastes la mano en áquel banco y me dijistes que habias dejado de quererme. Se fue mi alma contigo, se fue mi corazón y todo lo que pudiera haber dado de mi.
El querer de verdad, es una vez. Una vez y no más. Todo lo demás son ráfagas de sentimientos no-autéticos. Intentos desesperados de rehacer lo que no se puede. Un sentir falso, una mentirosa esperanza que nos endulza lo efímero con el fin de empujarnos a un sinsentido vertical que nos lleva tarde o temprano a descender de la misma forma. A veces subo  para luego siempre bajar. Mis pupilas se dilatan lentamente con el paso del tiempo para ver mejor la necrosidad de mi corazón desde que te dejé marchar. Mis pestañas se alargan con la edad dejando más clara la realidad de lo que fue y lo que ya nunca va a ser. Ya nunca seré con nadie si no es contigo. Las mitades también son únicas. Tu, mi mitas, eras única. No hay tres mitades en el planeta porque 1+1 siempre fueron dos, y lo demás son solo algoritmos de la existencia.
Tu, fuistes tu y no habrá más. Lo verdadero sucede una vez, dura en el tiempo, nunca muere, jamás es arrastrado, nunca es olvidado y por supuesto nunca puede ser remplazado. No puedes ser remplazado, niquisiera una simple sombra de tu ser cambiaria esta verdad

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"Una relación es frecuencia. La frecuencia con la que hacéis cosas juntos. La frecuencia con la que no hacéis cosas por separado. La frecuencia con la que os veis y os dejáis ver. La frecuencia con la que os echáis de menos. La frecuencia con la que os estáis de más. La frecuencia con la que sentís. Con la que os reís. Y con la que lloráis, también. La frecuencia de vuestros planes. La frecuencia de vuestros recuerdos. La frecuencia de las benditas discusiones y de las malditas reconciliaciones. Frecuencias y más frecuencias. Frecuencia con la que os acostáis. Frecuencia con la que os abrís los ojos. O la cabeza. O el corazón. Frecuencia con la que os apartáis estando juntos y con la que os unís desde la distancia. Qué fácil se olvida uno de la frecuencia con que se hacen las cosas. Qué pronto se nos pudren y se tornan rutinas. Y qué fácil es olvidarse de que si no hay frecuencia, ni hay relación ni hay nada, pues puede que aún se sea, pero desde luego que ya no se está.." Risto Mejide.

viernes, 31 de octubre de 2014

Para no resbalar al danzar

Te amo tanto que me explota el corazón. Literalmente. Explota, se hace en pedazos de carne mórbida. Pedazos ensangrentados, deshilachados, de distintos tamaños, y formas. Todos al aire con todos los te quiero que me distes sin mentir. Con todas las lagrimas que cubren la piel pegajosa del órgano que hicistes latir. Vuela toda la carne y danza, danza alrededor de la muerte de nuestro porvenir. Escúcha, afina el oído y puedes sentir la música que provoca el estallido al explotar. Los desgarros de las arterias, de los pedazos de carne. Como todo se divide , como se funde y se mezcla con el O+  y pinta un cuadro. Pinta el cuadro de nuestro fin. Y cae, cae, cae lentamente. Porque la explosión empuja hacia arriba y la gravedad hacia abajo. Pisotea el charco de toda esta danza mortífera y definitiva. Pisotealo y danza y canta., canta , canta a este desperdicio y desecho que hiciste de mí.

PD;: ponte zapatillas, para no rebalar al danzar.

lunes, 21 de julio de 2014

Sin presente ni futuro

Nunca fui para tu mañana. Comprendí esto cuando otros me trataron con ese tiempo verbal. Un tiempo que no es un esfuerzo sino un placer y una necesidad cuando quieres de una forma sincera y real.
Nunca fui futuro. Nunca me vestistes de blanco y nunca compartimos los mismos cuchillos más que espontaniamente cuando nos quisimos callar. Afilamos las lanzas sin lanzarnos hacia ninguna parte porque tu negatividad envolvió nuestro devenir. El no de negativo y el efecto nube negra que provocó en mi distorsionada y atipica mente me dejó en el borde del abismo. Fuí y volví para escribirte mientras veo como tratas a quien nunca te esperó como yo lo merecía.
No. Nunca. Y otra vez no. Y la única cama que compartimos fue la que tus padres nos prestaron o mi salario me permitió. Los buenos dias nunca se prolongaron mas de siete consecutivos y los te quiero los tragó un presente en el que me estancastes contigo a la espera de que encontraras algo mejor para tu devenir.
Nunca, jamás, y no. Solo fui tu hoy. Nunca estuve en tu mañana, ni con tus dedos en mi espalda ni con tus ojos desde lejos porque a las personas se las debe juzgar por como te tratan cuando ya no te necesitan, y tu, cuando ya no me necesitastes, me desechastes al contenedor.

Sin presente ni futuro. Eso fui.

jueves, 27 de marzo de 2014

Cuando sepas de mí

“Cuando sepas de mí, tú disimula. No les cuentes que me conociste, ni que estuvimos juntos, no les expliques lo que yo fui para ti, ni lo que habríamos sido de no ser por los dos. Primero, porque jamás te creerían. Pensarán que exageras, que se te fue la mano con la medicación, que nada ni nadie pudo haber sido tan verdad ni tan cierto. Te tomarán por loca, se reirán de tu pena y te empujarán a seguir, que es la forma que tienen los demás de hacernos olvidar.

Cuando sepas de mí, tú calla y sonríe, jamás preguntes qué tal. Si me fue mal, ya se ocuparán de que te llegue. Y con todo lujo de detalles. Ya verás. Poco a poco, irán naufragando restos de mi historia contra la orilla de tu nueva vida, pedazos de recuerdos varados en la única playa del mundo sobre la que ya nunca más saldrá el sol. Y si me fue bien, tampoco tardarás mucho en enterarte, no te preocupes. Intentarán ensombrecer tu alegría echando mis supuestos éxitos como alcohol para tus heridas, y no dudarán en arrojártelo a quemarropa. Pero de nuevo te vendrá todo como a destiempo, inconexo y mal.

Qué sabrán ellos de tu alegría. Yo, que la he tenido entre mis manos y que la pude tutear como quien tutea a la felicidad, quizás. Pero ellos… nah.

A lo que iba.

Nadie puede imaginar lo que sentirás cuando sepas de mí. Nadie puede ni debe, hazme caso. Sentirás el dolor de esa ecuación que creímos resuelta, por ser incapaz de despejarla hasta el final. Sentirás el incordio de esa pregunta que jamás supo cerrar su signo de interrogación. Sentirás un qué hubiera pasado si. Y sobre todo, sentirás que algo entre nosotros continuó creciendo incluso cuando nos separamos. Un algo tan grande como el vacío que dejamos al volver a ser dos. Un algo tan pequeño como el espacio que un sí le acaba siempre cediendo a un no.
Pero tú aguanta. Resiste. Hazte el favor. Háznoslo a los dos. Que no se te note. Que nadie descubra esos ojos tuyos subrayados con agua y sal.

Eso sí, cuando sepas de mí, intenta no dar portazo a mis recuerdos. Piensa que llevarán días, meses o puede que incluso años vagando y mendigando por ahí, abrazándose a cualquier excusa para poder pronunciarse, a la espera de que alguien los acogiese, los escuchase y les diese calor. Son aquellos recuerdos que fabricamos juntos, con las mismas manos con las que construimos un futuro que jamás fue, son esas anécdotas estúpidas que sólo nos hacen gracia a ti y a mí, escritas en un idioma que ya nadie practica, otra lengua muerta a manos de un paladar exquisito.
Dales cobijo. Préstales algo, cualquier cosa, aunque sólo sea tu atención.

Porque si algún día sabes de mí, eso significará muchas cosas. La primera, que por mucho que lo intenté, no me pude ir tan lejos de ti como yo quería. La segunda, que por mucho que lo deseaste, tú tampoco pudiste quedarte tan cerca de donde alguna vez fuimos feliz. Sí, feliz. La tercera, que tu mundo y el mío siguen con pronóstico estable dentro de la gravedad. Y la cuarta, -por hacer la lista finita-, que cualquier resta es en realidad una suma disfrazada de cero, una vuelta a cualquier sitio menos al lugar del que se partió.

Nada de todo esto debería turbar ni alterar tu existencia el día que sepas de mí. Nada de todo esto debería dejarte mal. Piensa que tú y yo pudimos con todo. Piensa que todo se pudo y todo se tuvo, hasta el final.

A partir de ahora, tú tranquila, que yo estaré bien. Me conformo con que algún día sepas de mí, me conformo con que alguien vuelva a morderte de alegría, me basta con saber que algún día mi nombre volverá a rozar tus oídos y a entornar tus labios. Esos que ahora abres ante cualquiera que cuente cosas sobre mí.

Por eso, cuando sepas de mí, no seas tonta y disimula.
Haz ver que me olvidas.
Y me acabarás olvidando.
De verdad.”


Risto Mejide

martes, 14 de enero de 2014

Ser o No ser

En el club de escritura hicimos un amigo invisible. Cada integrante del grupo tenia que apuntar en un papel un tema sobre el que escribir. Los pusimos todos mezclados y luego cada uno cogia un papelito al azar. En consecuencia cada miembro del grupo tiene que escribir sobre el tema que otro integrante ha propuesto. Todo al azar. A mi me ha tocado "ser o no ser" y este es mi escrito sobre ello: 

Ser o no ser

Solía ser sin saber que era. Solía ser sin plantearme el ser o no ser. Solía ser sin la necesidad de serlo para alguien o con alguien Solía sonreír sin más. Solía. Solía ser sin ninguna pretensión ni meta. Solía, la mayoría de veces, no-ser. Me gustaba no-ser. Quería pensar que el no-ser me hacia no existir. Solía pensar que quería no-ser o que si alguna vez llegaba a ser quisiera ser ventana. Quería serlo, y quizás alguna vez lo seré. Una ventana de esas de estructura fuerte, robusta, con piedras unidas entre si, de las que no pueden ser una sin la otra, porque sino la ventana misma no seria. Una ventana de esas de las que nacen del arte, del trabajo, de los compuestos de muchos materiales y voluntades. Quisiera, quisiera ser una en las que cada grieta, cuenta una historia. De las que nunca están solas y se sostienen con paredes, techos, puertas y más ventanas. Solía dejar de ser para imaginar ser una de esas de las que se construyen y no se abandonan. De las que sostienen mil cambios y no se derrumban. De las que hacen frente a todo y permanecen en el tiempo, firmes y sólidas sin abandonar la batalla, por muchos gritos que alberguen en ellas.
Solía no-ser y soñar que, algún día, seré ventana. Si, una de esas de las que todo lo ven, hacia dentro, y hacia afuera. Con tantas perspectivas como reflejos en un cristal puedan existir. Con tanto abrigo en si misma como hielo en su interior. Tan dual como ver ponerse el sol sin que la luna se haya acostado todavía. Y tan inerte que las lágrimas para ella solo puedan ser en forma de lluvia o vapor.
Solía, solía ser sin querer serlo. Solía desear el no-ser con tanta fuerza que amaba a las ventanas con toda mi alma. Solía. Solía. Solía decir que el no-ser no tiene alma, y que sin alma no hay dolor. Solía creer que las ventanas, no tienen corazón y que su ser es no-ser y el no-ser no puede sentir.

Escrito por: Siobhan

Tema propuesto por: Dagny Romero

viernes, 10 de enero de 2014

Romper



                                  "Romper, morirme si te vuelvo a ver,
                                   romper, solo espero que no seas feliz con el,
                                   no te atrevas a llamarme cruel, "