Sangro palabras entre jirones de piel desgatada. Brotan a borbotones millones de gotas rojas y se deslizan entre las mejillas de mis dedos. La desnutrida epidermis de mis manos no es más que el reflejo de mis sombríos pensamientos. Arrugas efimeras, congeladas en el tiempo, como imagenes de lo que fuí, recordandomelo todo una y otra vez. Malditas ! las recorro con los ojos en llanto pensando como han evolucionado con el tiempo, depósito de mis recuerdos, infierno de mi memoria. Ceguera de huesos ignorantes del exterior, sufridores de las entrañas profundas de mi corazón, devastadoramente mólido y propiciado de diátesis mórbida.
DIÁTESIS MÓRBIDA...
