Desesperación. Ya no se distinguir entre lo que es cierto y lo que no, nisiquiera dentro de mi. No se si me aferro a lo que fue, creando un puede ser, porque el grito ahogado de mi tristeza me juega malas pasadas o si el puede ser es tan real que solo el tiempo me ha dejado ver su nitidez absurda. Ya no se si los cuchillos los afilo de noche para clavarmelos de dia, o si es la noche que me confunde y es solo una pesadilla. No se si se clavan porque las circunstancias se trasgiversaron para ello o soy yo misma que los empuño a causa de mi necesidad dramática. No lo sé. No se si mi adicción a la oscuridad hace que me encuentre cual extraña en una ciudad de sol, y si mis deseos son propiciados por la pérdida de lo asociado o por lo tangible que pudiera haber sido lo alcanzado.
Tanto grito interno me esta dejando tan sorda que ya nisiquiera me oigo.
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