viernes, 30 de noviembre de 2012

Maquina

Me esfuerzo. De verdad que si. De verdad que intento restablecer lo que los demas llaman  " el orden" y "el sentido". Me esfuerzo en cada puntada que doy, que si las miras con ojos de calle podria cualquiera pensar que esta perfectamente anundado con cada calambre de la máquina de coser, pero que si algun ojo especial lo mira con detenimiento puede ver la imperfección de la punta hecha a mano. Aunque con delizadeza y disimulo ante un posible juzgamiento ( esta palabra existe?) o reproche hacia un trabajo de intentos labrados de invisiblidad imperfecta. La punta a mano y la e maquina no tiene nada que ver. Un maquina es en lo que nos hemos convertido hoy en dia. Nada puede suceder porque si, todo tiene que tener un pedal, sin un echufe no sive, si no tienes dinero no tienes derecho a máquina, el hilo tiene que ser de los caros, los de la guerra ya no sirven porque ahora ya estan hechas para ennudarse y encargarse de hacer de tu pieza ( o vida) un autentico desecho por no seguir el orden que hay que seguir.  No hablemos de la complejidad de ahilarlo todo, no puedes saltarte ningun paso, ni hacerlo distinto, el azar no juega ningun papel aquí, es así o no es, sencillamente exacto. Demasiadas consecuencias que no pensamos ni queremos asumir ya.
La puntada a mano es impredecible, es diferente, no hay una igual, una un poco mas a la derecha que la otra, o quizas a la izquierda, el capricho humano interviene en todo momento, la creatividad e lo instantaneo, la facilidad de deshacer el nudo, la calidez de la mano que sujeta una aguja y de la persona que crea a veces sin pretensión para algo o alguien que va a tener como único.
Deberia aprender de la maquina de coser, sacarla del armario, aprender a poner mis hilos en el mismo orden que el de los demas, en la misma irección, con el mismo recorrido y proposito, aprender a darle al pedal y dejar que haga la pieza de la vida por mi. Sin embago soy incapaz. Solo soy capaz e sacar un pequeño costurero desordenado, enhebrar la aguja con el color que se me antoja, crear la idea que me viene el mismo dia a la cabeza, empezar por el principio y terminar por el final, desaprender a ordenar y aprender a apreciar y disfrutar caa segundo de mis errores, de mis puntadas torcidas, de los nudos que hago y deshago yo misma y estar orgullosa de la pieza final totalmente unica, artesana llena de incongruencias y de reversos inesperados.

Me esfuerzo de verdad por mostrar como aprendo a ser una maquina que hace las cosas en el orden que todos creen que deberia ser. Pero los que miran mas alla, los que pueda mirarme a los ojos o siquiera al corazón, lo unicoi que veran verdaderamente en mi es a alguien que grita empezar por el final y crear su principio distinto, unico, de la mano de un artesano que se equivoca y corrige y finalmente crea algo especial. El que pueda ver más allá sentirá que mi deseo, me consume por dentro poco a poco, que la logica ajena es ácida y corrosiva para mi, hace que explote mi sentido comun y que luche aun mas para empezar por el tejado, que es por donde yo creo que puedo hacerlo. Y al final, como las cosas las hace uno mismo, no importa por donde empiezes, mientras el resultado sea arte, lineal o abstracto, pero arte en estado vivo y latiente.

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