"Qué ocurre cuando la disección no es ni de lejos simétrica ni
equitativa. Qué pasa cuando cortas las partes por otro sitio que no es la
mitad. Hay gente que se ha quedado a medias para siempre por culpa de
haberse dejado jirones del alma en la relación. Y por ahí pululan,
deambulan, merodean tratando de completarse de cosas que les faltan por
culpa de otro que se las llevó. Y como no las encuentran en nadie nuevo,
están condenadas a traficar con su propia insatisfacción. A morir por
falta de uno mismo. A culpar al nuevo de lo que alguien de mi pasado me
robó.
Son colas de lagartija. Se mueven, parecen vivas, pero en
realidad dejaron de estarlo el día que les dijeron adiós. Fueron
víctimas de un futuro que las engañó. Y ahí siguen, tratando de
ahuyentar la soledad a base de espasmos, como si las horas fueran moscas
a las que alejar de uno. Eso les pasó por diluir el yo en un nosotros
cualquiera. Por olvidarse de conjugar la primera persona del singular.
Dejaron de ser dos y creyeron que siendo uno serían más felices. Y suele
ser siempre demasiado tarde cuando se dan cuenta de que no. De que ese
tiempo nadie se lo va a devolver."
R.M
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